Por qué nos siguen atrayendo tíos que lo más fuerte que han hecho en su vida ha sido apretar para cagar

Mi madre, una mujer que nació en un pueblo pequeño en el setenta, a la que la vida no le dio más opción que irse a vivir a la capital porque con 18 años sus padres ya no vivían, siempre nos ha dicho a mi hermana y a mí que estudiemos. Que estudiemos cualquier cosa que nos guste, pero que estudiemos. La verdad es que nunca nos ha dejado caer la idea de salir con chicos, tener novios y todas esas cosas que cualquier madre chapada "a la antigua" le diría a sus hijas.
El movimiento feminista actualmente está a la orden del día, es un hecho; la gente habla para bien o para mal de feminazis, perspectiva de género, dictadura de género, techo de cristal, etc. Es maravilloso a la par que frustrante replantearte absolutamente cada decisión que has tomado en tu vida, because of patriarcado. Saber que estás (sobre)viviendo bajo el yugo de un sistema que, más que facilitarte la vida, te quiere en silencio y muerta es una forma de joderte la vida muy satisfactoria y consciente, sí, sobre todo consciente.
La cerveza de los viernes ha pasado de ser una excusa para lanzar dardos envenenados (y muy cobardes, ejem, las cosas se dicen cuando está una presente) contra chicas que sólo sabías de ellas que se habían acostado con petardo1 y penco4, a debates improlongables sobre hasta qué punto es una decisión libre follar con capullo3 con o sin responsabilidad afectiva. Y ya no sólo eso, la cerveza de los viernes ha pasado a ser el café de cualquier día o el paseo por la noche para escuchar a tu amiga que esa tarde ha tenido un ataque de ansiedad porque ha visto al maltratador de su ex novio por la calle. Y aquí es a donde quiero llegar.
Mis amigas y yo somos, para qué engañarnos, las mujeres con las cosas más claras que he conocido jamás. Todas tenemos estudios, formación, empatía, somos feministas y conscientes de donde venimos y de cómo y cuánto ha costado llegar hasta donde estamos. Pero seguimos pillándonos de hombres imbéciles de manual. Pasa una cosa que muchas veces pasamos por alto y es inevitable: ser Wonder Woman en Occidente, México o la Cochinchina no te hace repeler y evitar las estructuras de poder que te acechan desde las sombras y te mandan intrínsecamente mensajitos de cómo tienes que ser, cómo tienes que pensar y cómo tienes que actuar desde que te parió tu madre. Amigas, el machismo es de las pocas lacras sociales que se da en todas las culturas, independientemente de nuestras ideologías, clases sociales, religiones o costumbres. No hay un perfil determinado de hombres que maltratan, por ende, no hay un perfil determinado de mujeres que son maltratadas. Bien es cierto que yo, siendo mujer blanca, occidental, con estudios y recursos económicos, puedo llegar a ser más consciente (que no invulnerable, ojo) de este problema que una mujer racializada y pobre. 
Mujeres con todos los privilegios que el sistema patriarcal nos permite tener nos seguimos pillando de hombres que no sienten por nosotras ni la mitad de lo que dicen porque nos han vendido muy bien la idea del amor romántico. Si no quiere dejar claras las cosas contigo es porque hay que lanzarse a la piscina de cabeza y dejarse llevar. Si "no sois nada" (que siempre se es algo porque mira, no somos roquitas y tenemos SENTIMIENTOS) él puede liarse con toda la que se le cruce por delante de sus narices. Si tienes un día de mierda es porque eres una intensa de mierda, entonces olvídate de compartir tus miedos e inseguridades con él. Si él te ha creado algún tipo de inseguridad ni se te ocurra decírselo porque entonces eres una chantajista emocional. Si te molesta algo de lo que ha hecho cállate no vaya a ser que piense que eres una persona tóxica. Y así un sinfín de ideas rancias y sinsentido que, aún estando en los tiempos en los que estamos, siguen dándose. 
Voy a lanzar una baza a favor de este tipo de hombres y es que les han metido hasta las trancas (patriarcado otra vez) que tienen que ser fuertes, insensibles y seres que carecen de cualquier tipo de emoción. La socialización masculina también tiene parte de culpa: no se te ocurra llorar delante de un colega o decirle que la otra noche no follaste con buenorra3 porque quizás se te cae la masculinidad al suelo. Me gustaría hacer especial mención a los aliados™. Es muy cómodo y muy guay ir acercándote a las chicas en círculos feministas con la excusa de que eres aliado, que estás muy deconstruido y que hay que acabar con los roles de género. Ese discurso nos lo sabemos todas. Pero de nada sirve tirarse el moco de esa forma si en tus relaciones afectivo-sexuales no tienes ningún tipo de responsabilidad afectiva, que no es más que escuchar a tu pareja, apoyarla, llorar con ella si hace falta y, sobretodo, escucharla.
Nos seguimos creyendo salvadoras de las causas perdidas y se nos olvida que, en muchos casos, somos incapaces de aguantarnos a nosotras mismas. Esto no es lo de "tienes que quererte a ti misma para que te quieran", no. Esto es que si tú no soportas los monstruitos de tu cabeza, menos vas a aguantar a los de tu pareja. Que sí, que te hace mucho bien pero, ¿por qué? ¿Porque folla bien? ¿Porque te invita a cenar? ¿Sabe qué es lo que te inquieta? ¿O lo que te mueve? ¿Y lo que quieres hacer con tu vida? 
Cuando estás fuera es muy fácil juzgar esta situación, cuando estás dentro la cosa cambia. Y no nos queda otra que escuchar a nuestras amigas que nos dicen que salgamos de ahí. Pero no es tan fácil salir de ahí, y para ello necesitamos deshacernos del apego, mucha, muchísima fuerza de voluntad y una buena red de apoyo. 
Escuchad a vuestras amigas.

Ilustración: astr0_fobia




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