Uno de esos

Necesitaba romperse con una canción. Romperse por dentro, romper cartas, borradores, dibujos, ilusiones, romperse la sonrisa, dejar que le estallara la puta cabeza, romper a llorar, a llover... en fin. Romperse en gris.
Necesitaba uno de esos abrazos, de los que se piden a gritos en medio de un silencio. Con media sonrisa intentando guardar el secreto, la enfermedad, la intoxicación bioquímica que sufre el cuerpo a causa de.
Necesitaba uno de esos, uno de tantos, de tantas cosas, de tantos momentos, que se desbordó. Descosida, rota, confirmando lo que anticipaba: la primavera no soporta tanta locura. De nada sirvieron las flores en la nieve; el frío las abrazó y nadie está preparado para tanta tristeza. 
Necesitaba uno de esos golpes, contra la verdad, que doliera, para que se le cayeran los pétalos del corazón. Para que entendiera que el hielo también quema. Que no se puede bailar bajo la lluvia sin enfermar.
Nadie se merece que lo abandonen en medio de una canción.

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