Te presento a mi egoísmo.

Ha estado conmigo bastante tiempo, pero nunca me había parado a observarlo detenidamente. En muchas ocasiones, lo apartaba, pues no me dejaba avanzar. Últimamente, se ha ido apoderando poco a poco de mí, hasta el punto de, en ocasiones, hacerme sentir débil. 
Cuando lo conocí, me advirtió de que cada vez me iba a costar más levantarme todos los días con un objetivo o una motivación a seguir. Que la vida no es tan fácil como yo pensaba. Que ella misma, me daría golpes duros y me encontraría sola. Que es muy sencillo que las personas salgan de tu vida. Que esas mismas personas, te olvidarían. Que muestran una sola cara. Que la confianza es cara, y si no tienes con qué pagar, las consecuencias pueden ser graves. Que nada es para siempre. Que mi felicidad depende de mí misma y que sin ella jamás podré hacer feliz a los demás.

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