Inconsciente, subconsciente
Seguro que te acuerdas de tu primer
amor. Algunos tuvieron suerte, y fueron correspondidos. Otros se arriesgaron a
declarar sus sentimientos abiertamente y se llevaron una desilusión. Y los
demás, simplemente se mantuvieron en silencio, temerosos de lo que puedan causar
sus sentimientos a la luz. Yo estoy en el tercer grupo.
Inconscientemente, fuimos creando un vínculo de unión basado en el cariño y la amistad que,
con el paso del tiempo, dimos por muerto. Y no murió; se transformó. No puedo
asegurar con total seguridad si se trataba de amor, pero si se siente como
esto, casi inexplicable, dulce, amargo, doloroso y pleno, creedme que lo era es.
El miedo es ese monstruo que vive
debajo de tu cama. Que te roba el sueño y cuando ya lo tienes, te regala
pesadillas. Ese monstruo nos tenía entre la espada y la pared a ambos; darlo
todo y ganar, o darlo todo y perder. Simplemente, decidimos no luchar. Y fue lo
peor.
Mi subconsciente me ha maltratado desde entonces
por quedarme de brazos cruzados, cobarde, viendo como nuestra amistad se iba a
la mierda y los dos seguíamos sin luchar por nada. Llegaba a tener sueños con
él que parecían muy reales. A veces incluso, me despertaba y lloraba al darme
cuenta de que todo había sido un sueño y que yo seguía siendo una cobarde. Una
cobarde que, por mucho que ignorara sus sentimientos, siempre se ahogaba en
ellos. Los he ocultado, he intentado mostrarme dura, indiferente a todo lo
referente a él... y es superior a mí. Hace algún tiempo alguien descubrió
mi pequeña y dolorosa mentira... La forma en la que hablo de él, lo crítica que
soy con sus líos amorosos, el falso tono de enfado cuando no quiero darle
importancia...
Aún sigo pensando que algún día todo esto acabará.
En tu boca.
Ojalá.
Comentarios
Publicar un comentario