Tu peor error.
Poco a poco he ido olvidándote. No ha sido fácil. Pero era lo que había que hacer y lo que quería hacer, pues sabía que no podíamos seguir buscándole final a una historia que acabó en el momento que empezó.
A día de hoy se me dibuja una sonrisa al recordarte y no se me llenan los ojos de lágrimas. Porque ya no dueles. Conocerte mejor fue lo que me hizo descubrir que no te merecía. En este caso tú fuiste la cura y a la vez la enfermedad.
He tocado con la punta de los dedos ese cielo que prometes con tus besos. Como un niño me creí todos tus cuentos y aunque tú me entiendas, yo ya no te entiendo.
La Quinta Estación
Me da miedo entenderte tanto...
ResponderEliminarHay historias que se tienen que superar y por mucho que pensamos que no, se acaban superando
Un besooooooooo!